Bob Dylan en Costa Rica

Bob Dylan. Más que maestro, es maestro de maestros. Su aporte en la música contemporánea es indiscutible. Ha influido directamente en la mayoría de mis artistas favoritos: tanto Bunbury como Vedder lo veneran. No eramos dignos de estar respirando el mismo aire. Y sin embargo…

Ahí estaba, a apenas metros de distancia, ataviado con un traje oscuro y un gran sombrero beige. Inició, como en todos sus conciertos recientes, con Leopard-Skin Pill-Box Hat. Éxtasis en el Palacio de los Deportes. La interpretación fue genial y se reconocía al Bob Dylan que en 1966 tocaba la misma canción en el también histórico concierto en el Royal Albert Hall, sólo que 46 años mayor. Increíble que mantenga tal energía y presencia escénica.

Calificar al concierto de Costa Rica como «histórico», no es exagerar. Más de cincuenta años de carrera y el primer concierto en Centroamérica. Sólo estar en la presencia de este gran músico era suficiente para darse por satisfecho. Ahora, que la selección de canciones hay sido tan precisa fue un extra.

La segunda canción fue nada más y nada menos que Don’t Think Twice It’s Alright. Un clásico reinterpretado magníficamente. Y es que Dylan todo lo hace nuevo. La canción, triste de por sí, me recordó que, aunque recién empezaba, el concierto terminaría tarde o temprano y que al día siguiente ya estaría camino de vuelta a Guatemala. Ni modo. Después de ahí, nada: el recital continuó con Beyond Here Lies Nothin’ de su más reciente disco Together Through Life. Yo no soy mucho de bailar, pero era imposible no dejarse llevar por la música del maestro.

From a different point of view

En los teclados, la leyenda; a su izquierda, Donnie Herron. 6

La siguiente en la setlist era Tangled Up in Blue. En vano hubiese sido aprenderse todas las canciones de su discografía para cantarlas junto a él. Aunque interpretó varios de sus sencillos más famosos, casi todo el repertorio estuvo formado por nuevas versiones de los mismos. Las canciones de sus discos más recientes, como Jolene y Thunder in the Mountain, fueron las que más se asemejaron a las grabaciones de estudio. Pero otras, como The Lonesome Death of Hattie Carroll, requerían mucha atención a la letra para ser reconocidas. Un par de palabras reconocibles, especialmente en los coros, daban pistas que ayudaban a descubrir de qué canción se trataba. Otras como Highway 61 Revisited, simplemente tenían otro ritmo.

Nacho Vegas explicó mejor este fenómeno en una crónica que escribió hace un par de años:

Él toma sus canciones, las estruja, las reinventa y te las escupe sin que te dé tiempo a asimilarlas”.

Balada de un hombre delgado

Yo conocí el lado rockero de Dylan hace no muchos años, con Ballad of a Thin Man. Precisamente, mientras cantaba esta pieza, me quedó claro que el recinto en el que estábamos ya no era un gimnasio de baloncesto, sino que se había convertido en un templo. Cada palabra del maestro hacía eco en las paredes y en las cabezas de los miembros del séquito. Aquello era una cosa de culto. Me impresionó como Dylan dirigía a su banda. Los cinco músicos estaban al pendiente de su líder quien en cualquier momento dado les daba indicaciones con gestos sutiles.

It’s not dark yet, but it’s getting there

El público se la pasó “explotando” a cada rato en el concierto: cada vez que iniciaba una canción, cada vez que el maestro tocaba la armónica… Era de esperarse que explotara una vez más cuando la banda empezó a tocar la mejor canción de rock de todos los tiempos: Like a Rolling Stone que no podía faltar, como así tampoco All Along the Watchtower. Esta última, según la estadística, ha sido interpretada en vivo por Dylan más de dos mil veces.
El cantante se dirigió una única vez a la asamblea para presentar a su banda, “la mejor que ha tenido”, según declaraciones del mismo Dylan.7

Tras despedirse luego de All Along the Watchtower, no hicieron esperar mucho al público para salir una vez más al escenario para interpretar Rainy Day Women #12 & 35 y Blowin’ in the Wind. Quienes tienen la suerte de conocer estas canciones, probablemente comprendan la relevancia de este concierto. Si no, bueno. Otro día les haré un par de recomendaciones. En fin. Así terminó el mejor concierto de mi vida. A la salida, el pequeño grupo se fue diluyendo poco a poco en las calles de Heredia. La noche era joven pero después de ahí ya no quedaba nada. Nothin’ but the moon and stars.8


  1. @fastfoodandrock me hizo falta al comienzo, después no tanto. Pero no sientan pena por él: tiene muchos más vinilos de Dylan que yo, que sólo tengo uno.
  2. http://en.wikipedia.org/wiki/Never_Ending_Tour
  3. http://www.bobdylan.com/us/events
  4. Foto: Carlos González, La Nación. Con fines educativos, claro.
  5. Bob Dylan, la biografía. Buena lectura, excelente labor periodística, llena de notas al pie de página.
  6. Foto de Evenpro Costa Rica, utilizada con fines educativos.
  7. Entrevista a Rolling Stone
  8. Beyond Here Lies Nothin’
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