Un bronceado bien ganado

Más de 90 jóvenes universitarios participaron construyendo casas

Las oportunidades para que los landivarianos realicen servicio comunitario abundan. Durante el descanso de la Semana Mayor, se dió un espacio para apoyar a través de la Pastoral Universitaria Landivariana (PUL) y la organización Un Techo para mi País (UTPMP). Bajo el lema “Broncéate construyendo una casa” se convocó a los universitarios a la jornada de construcción de Viviendas de Emergencia, realizada en Chuarrancho, municipio de Guatemala, desde el sábado 4 hasta el jueves 9 de abril.
En esa ocasión, más de 90 jóvenes construyeron 16 Viviendas de Emergencia, llamadas así por cumplir con los requisitos básicos de una vivienda y esta constituye“un primer paso entre la pobreza total y la vivienda definitiva”, como se lee en el sitio web de UTPMP. Las casas son de madera prefabricada, y miden 18 metros cuadrados. Su construcción es sencilla y económica. Un grupo de 8 a 10 jóvenes voluntarios pueden edificar una de estas viviendas en 2 días, trabajando en conjunto con la familia beneficiada. No se necesita tener experiencia en construcción. El costo de la obra asciende a 12 mil quetzales, de los cuales mil son aportados por la familia beneficiada.
El fundador de UTPMP, Felipe Berríos, S.J., estuvo en la URL el pasado lunes 23 de marzo para la convocatoria de esta actividad. Más que ofrecer una conferencia, el padre Berríos invitó a los jóvenes landivarianos para que participaran y multiplicaran este proyecto. “El problema real de Latinoamérica es la ecología humana” , dijo, al señalar que los asentamientos marginales proliferan a lo largo de los países del continente. Explicó la urgencia de proporcionar viviendas dignas y seguras a las personas en estado de vulnerabilidad económica y social, exhortando a la concurrencia darle prioridad a la satisfacción de esta necesidad básica.
El objetivo primordial de UTPMP es la erradicación de la extrema pobreza. Es por eso que considera la construcción de casas sólo como una primera etapa en la que “los jóvenes voluntarios que no han tenido la oportunidad de acercarse a la realidad de los asentamientos, participen de una experiencia social de alto impacto físico y emocional”. Andrés Rodas, quien a sus 21 años es Coordinador de Detección y Asignación de UTPMP, colabora con la selección de las comunidades beneficiadas y opina que los “campamentos” que se llevan a cabo durante las jornadas de construcción son una iniciación importante. Las jornadas, explicó, les permiten a los jóvenes conocer la forma en que viven las familias y ver cambiar esta realidad a algo digno en menos de dos días.
La segunda etapa busca disminuir la situación de vulnerabilidad que impide a las familias de los asentamientos salir de la pobreza extrema. Por medio del trabajo permanente de jóvenes voluntarios, se desarrollan diferentes programas de educación, salud y recreación. Los estudiantes interesados en involucrarse más en la labor de UTPMP pueden apoyar según sus intereses y disponibilidad de tiempo. J.L.G.

Publicado en Vida Universitaria No. 46

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