Diario de Jorge Luis. 7 de marzo de 2009. Sala de cine nueva. Sillones de cuero, meseros y sushi a la carta. No me gusta el sushi, pero valía la pena ver Watchmen (Los Vigilantes) en condiciones extraordinarias. No había nadie haciendo cola en la taquilla cuando llegué a comprar los boletos, cuatro horas antes de la función. Lástima, estaba en la taquilla equivocada y las dos cajas VIP sí tenían una fila bastante larga. Le eché la culpa a la novedad e hice cola pacientemente. Casualidad fue que el sistema fallara justamente cuando tocó mi turno. La máquina sólo imprimió 4 de los 6 boletos que había pagado. Mi factura tampoco fue impresa. Retrasos. Diez minutos después me entregaron los tiquetes escritos a mano.
Me gustaría decir que en el transcurso de la noche el servicio mejoró. Lamentablemente, no fue así. La “experiencia” se redujo a sentarse en butacas cómodas y un excelente sonido. La pantalla no superó mis expectativas. Aún no sé si en la sala contigua se podía ver Guerra de Novias en macropantalla o sí únicamente era un privilegio de las salas uno y dos. Por otro lado, las lamparitas me molestaron la vista durante la primera parte de la película. Como siempre, las deficiencias opacaron las comodidades. Había meseros, sí. Pero ninguno me atendió.
En cualquier caso… este blog es acerca de películas, no de servicio al cliente. Para mi fortuna, Watchmen cumplió. La película es una de las más esperadas por los fanáticos y entusiastas del cómic y me encantó.
Mi crítica será breve, ya que a pesar de todo, no la recomiendo: si a estas alturas estás buscando razones para ver esta película, quizá no sea la adecuada para vos. Si no te gustó el trabajo de su director Zack Snyder en 300 o si no te gustan las películas de superhéroes, lo más probable es que está película no te vaya a gustar. Si las escenas sangrientas de películas como Sin City o Kill Bill te disgustan y pensás que temas como la violación y el maltrato a la mujer no deberían ser tratados en las películas, definitivamente no mirés Watchmen. Menciono esto, no porque Watchmen sea una película eminentemente violenta, sino porque fue precisamente en estas escenas que varias personas abandonaron sus cómodos asientos y salieron de la sala.
La historia es profunda y genial. Los efectos son geniales y las escenas de acción están increíbles. La motivación de los personajes es cuestionable, y tanto el argumento como los diálogos los conocen casi de memoria todos los que han leído la novela gráfica desde su publicación en 1986.
¿Qué más puede pedir un fan?