El último festival musical… hasta nuevo aviso

Va a pasar el tiempo, van a pasar los años(…) y todos los que estuvimos involucrados en estas dos jornadas del Vive Latino 2020 vamos a recordar que estuvimos este fin de semana… sábado, domingo, juntos

En lo que aparentemente va a ser el último festival musical…
hasta nuevo aviso.

– Andrés Calamaro. Ciudad de México, 15 de marzo de 2005. Segundo día del 21.º Festival Iberoamericano de Cultura Musical Vive Latino XXI.

¿Quién te manda?”, me preguntaría mi hermano días después cuando le contaba a mi familia que los conciertos de Monterrey se habían cancelado y que me iba a quedar en México un par de semanas más. ¿Quién me manda a estar gastando el dinero en viajes y conciertos? Tengo una lista. En esa lista he apuntado a las bandas o artistas que quiero ver en vivo antes de morir. Y Andrés Calamaro estaba en esa lista.

Hace casi diez años, cuando vino a Antigua Guatemala, me acababan de despedir y pensé que lo más sensato era ahorrar y no ir a verlo. Esta vez no me lo podía perder. Cuando terminó de tocar Inspector varios cientos de personas se retiraron a otros escenarios y pude moverme con astucia hasta llegar a primera fila para esperar al argentino. Antes de que saliera, llegó el costarricense, mi amigo con el que llegué al Vive.

Calamaro saludó al público presente con las palabras con las que inicié esta nota y arrancó con «Alta suciedad». Una cátedra de rockanrol. Ya sea detras de los teclados o solo frente al micrófono Calamaro ofreció un recital con energía y carisma. Yo no conozco toda su obra, que es amplia y variopinta, pero igual me lo disfruté de principio a fin.

El cantante introdujo un par de canciones de su más reciente álbum «Cargar la suerte» (2018) en el repertorio, pero no alcanzó a incluir sencillos de sus discos recientes, como «On the rock» (2010) o Bohemio (2013), del cual solo tocó una canción. Afortunadamente tuvo a bien tocar un par de clásicos propios, como «El Salmón» y «Paloma», y de Los Rodríguez, como «A los ojos» y «Sin documentos».

Para variar, no faltaron los audiovisuales alusivos a la tauromaquia y otros temas que Andrés considera importantes. Yo la verdad, no le presto mucha atención a eso. De lo que sí doy fe es que Calamaro es un referente del rock en español y que con casi cuarenta años de carrera musical, sigue vigente.

La música, de fondo

Zoé estuvo a cargo de cerrar el Vive Latino en el escenario principal. Se conmemoran 10 años de la grabación de su MTV Unplugged y decidieron celebrarlo con los invitados originales. No todos llegaron. Con Bunbury ausente, también lo estuvo «Nada» del setlist. Quienes sí llegaron fueron Chetes, para tocar los teclados, y Adrián Dargelos, de Babasónicos para cantar «Dead» junto a Larregui. Obviamente, no podía faltar la imponente voz de Denise Gutiérrez, parte fundamental del Unplugged y de sus consecuentes presentaciones en vivo.

Denise Gutiérrez feat. Zoé

Para cuando entramos para verlos, el Foro Sol ya estaba lleno. Yo tenía un boleto para ver ese mismo show en Monterrey la semana próxima. Una especie de «pre-show» del Festival Pa’l Norte. Aunque no había confirmado la cancelación, las esperanzas de que se llevara a cabo el concierto eran casi nulas, luego de que cancelaran el festival.

El lunes en Guatemala se anunció que se cerrarían fronteras. Algunos amigos que estaban en la CDMX corrieron al aeropuerto para buscar un vuelo a Tapachula (los últimos cuatro asientos hacia la Ciudad de Guatemala estaban a aproximadamente US$ 600).

Mis opciones eran varias. Al final no sé si elegí la mejor. Lo que si sé es que de haber intentado regresar ese día por Tapachula hubiera tenido que hacer mucha cola. Y pensé que ese era un factor de riesgo, casi tan grande como ir a un festival. Uno de los que optaron por esto quedó varado en San Marcos, ya que tampoco había transporte.

En ese momento, todavía podía ir a Monterrey y escapar del pesado aire de la CDMX. Pero eso implicaba ir al aeropuerto. Puebla y Queretaro también quedaron descartadas porque no me quería ir en bus. Así que decidí quedarme encerrado en la CDMX. Una amiga me ayudó a encontrar un Airbnb para mí solito y me quedé ahí por dos semanas, en espera de que, si me había contagiado en el Vive, los síntomas se manisfestaran ahí.

Si la gente se hubiera contagiado de covid-19 en el Vive Latino, Disidente hubiera sido el primero.

¿Será el Vive Latino 2020 el «último festival musical»? Seguramente no. Ni siquiera creo que sea el último al que yo asista. Hoy cumplo un mes desde que viaje a México y cumplo una semana de mi segunda cuarentena. Esta vez la estoy llevando en mi casita y con mi Gato.

Hablando con colegas en un live de Instagram me preguntaron: “¿Te arrepentís de haber ido?” No, definitivamente no. La pregunta es, ¿voy a seguir yendo a festivales en el futuro, después de pasar por todo esto…?

En esta ocasión, voy a pedirles perdón
Si es rápido y es gratis entonces, why not?

– El salmón, Andrés Calamaro

La playlist del domingo:

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